ASÍ FUE DEPARAMO EN EL TEATRO NUEVO APOLO

Recuerdo los primeros vídeos en los que se veía a un joven Depáramo haciendo covers, tocando con Xuso Jones, actuaciones en discotecas… Hasta que llegó su momento y después de mucho girar pudo montar un show en el que triunfaba donde iba. ¿La fórmula? Un popurrí de música donde tocaba al piano con su grupo temas de todas las épocas ¿Pero esto no lo hacen ya muchos grupos de versiones? Si y no. La diferencia es que Miguel Depáramo lo tiene planteado como un show 100% bailable. Se nota que ha mamado de la música electrónica también (De hecho su contacto es el conocido Fabyan Salvador) y eso lo plasma en que el concierto va de menos a más, con subidas, bajadas y temas encadenados como si de una sesión de dj se tratara, sin olvidar que trata «toda la música por igual». Aquí no hay etiquetas, es música y se viene a bailar, porque al final terminas bailando, aunque sea un teatro lleno de butacas, como fue el caso.

Tuve la ocasión de poder verle la primera vez que vino a Madrid en 2014, al teatro Nuevo Alcalá y por motivos personales y con las entradas ya compradas no pude acudir ese mismo año en Joy Eslava, por lo que le esperaba como agua de mayo. Pero claro su popularidad no ha parado de crecer con nuevas fechas y lugares, incluyendo fin de año en Miami con Pitbull y se ha hecho de rogar hasta que ha pisado Madrid otra vez. Esto fue en el teatro Nuevo Apolo (aunque ironías de la vida semanas después actuaría totalmente gratis en la Plaza de Callao para el día de la música organizado por Fnac) Estaba expectante por ver que tenía preparado ya que me dijeron que el show de Joy y el de Nuevo Alcalá se parecieron bastante.

El teatro estaba bastante lleno, salvo butacas traseras de zonas superiores y lugares habilitados para diferentes tiros de cámara en grabaciones como los palcos (una pena, porque mucha gente hubiera pagado con gusto estar más cerca). La estructura del escenario también evolucionaba para nuevas partes del espectáculo, donde más músicos tocarían por encima. Se notaba que esto había mejorado.

Sin medias tintas, así comenzó el show. El redoble de One de Swedish House Mafia aparecía, la gente lo identificaba y se ponía en pie a saltar y dar palmas. Las butacas empezaban a estorbar y esto solo había empezado. La selección musical se pareció bastante a la de la primera vez, aunque cambiando orden, salvo algunos temas que iban encadenados. Se añadían nuevas canciones al repertorio y se itroducían mejoras como la intervención del violinista Robert Mendoza con Faded (tocado solamente con piano y violín) interpretación Góspel de We are the World y momento teatral que nos dejó a todos con los pelos de punta, con la sala totalmente a oscuras, salvo el foco a la artista y una voz que prácticamente superaba al equipo de sonido.

El espectáculo duraba bastante más, algo que se agradecía, ya que el primero se hizo muy breve y sin duda la que mandaba era la música, ya fuera cantada o instrumental, pasando por artistas tan diversos como Michael Jackson, Queen, Guns N’ Roses, Mecano, The Fugees, Alicia Keys, entre tantos otros. Como veis, muchos estilos distintos ¿Y la música dance? Por supuesto: Safri Duo, Veracocha, Gala, Jens, Rolando o los clásicos Poem withouth words o Caballero (Vale, estos dos últimos no son de música electrónica, pero ya sabemos como pegaron los covers dance…)

Resumiendo, si tienes oportunidad de verle, merece mucho la pena. Podrás ir con amigos con diferentes gustos musicales, que todos saldrán encantados y quizás alguno aprenda algo nuevo 😉

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