CRÓNICA MADRID WINTER FESTIVAL 2014
Catorce meses llevabamos en Madrid sin poder disfrutar de una gran festival de música electrónica por culpa de la incompetencia de nuestra «queridísima» alcaldesa Ana Botella y de unos promotores que les interesaba más el llenarse los bolsillos de dinero que la seguridad e integrdad de sus propios clientes. Catorce mese en los que hemos visto como los grandes
medios de información lo único que han querido buscar ha sido el morbo y el hacer el mayor daño posible a un estilo musical del que TODOS podrían sacar beneficio, y cuando decimos todos, nos referimos a público, medios, empresarios y ayuntamientos.
Y después de estos interminables catorce meses por fin llegaba la hora de Madrid Winter Festival, de Blondie Events y de Moralzarzal de demostrar que haciendo bien las cosas este tipo de eventos no tienen por qué ir ligados siempre con violencia, drogas y carta blanca.
A principio del mes de noviembre se presentaba a través de las redes sociales Madrid Winter Festival con fecha de celebración el 1 de enero de 2014. Tras el fiasco sufrido en verano por parte de La Sierra Electrónica, muchos no se terminaban de creer que se fuese a llevar a cabo. Salieron con un avance de cartel espectacular, a saber: Richie Hawtin, Loco Dice, Chris Liebing y Scuba. El precio de las entradas, muy jugoso, 35€. En pocas días se agotó la primera remesa de ellas y ya con el segundo avance de cartel se veía que iban en serio. Los artistas anunciados: Paul Kalkbrenner, 2 Manny Djs, Zombie Kids y Gaiser.
A medida que se iba acercando la fecha los ataques de los medios y todas las opiniones se centraban en el festival intentando crear el peor ambiente posible, pero aún así no pudieron conseguirlo. Un último avance pocos días antes de la celebración del festival, fotos de los preparativos y casi todo el papel vendido hacían inevitable su celebración.
Nuestra llegada a la plaza de toros de Moralzarzal se produjo al rededor de las 20:00 y tras poder tomar algo en los bares de alrededor pudimos comprobar el tremendo ambiente que se vivía tanto dentro como fuera de ella. El tiempo no acompañaba mucho, pero las ganas de fiesta de la gente lo superaban con creces.
En ningún momento vimos problemas de aglomeración a la entrada al recinto ni tampoco en los alrededores de ella, las colas eran prácticamente inexistentes y fluidas. Una vez dentro sí que echamos en falta algo más de señalización sobre como poder acceder a la pista o a las gradas pero tras andar unos metros lo encontramos con facilidad. Algo que vimos positivo fue que cuando quisimos acceder a la pista para ver el set de Richie Hawtin que comenzaba a las 21:00 fue que la seguridad del festival (muy numerosa y eficaz) no dejaba acceder a ella porque el aforo de la pista estaba completo, así que nos dirigimos a la zona de control de sonido e iluminación en las gradas para tener la mejor vista y escucha posible. Una vez que pudimos ver con nuestros ojos el aspecto de la pista y el recinto completo nos quedamos realmente asombrados. Un escenario espectacular con muchas cabezas móviles que ambientaban a la perfección toda la plaza, un sonido envolvente sin ningún tipo de rebote y con una buena presión y un público totalmente entregado al canadiense.
Su set fue más minimal de lo que nos tiene acostumbrados, pero no por eso fue peor. Muy acertados esos sonidos dado que todavía quedaban muchas horas de fiesta y la gente aún estaba calentando. Hawtin siguió una linea regular durante todo su set, las mezclas no es que fueses muy logradas pero sí bastante coherentes. Algo que echamos de menos durante su set (y también durante toda la noche) fue el tema de los visuales, demasiado monótonos y escasos para nuestro gusto.
Al terminar el de Mnus sobre las 23:00 hubo bastante gente que quiso salir fuera. La zona de tránsito de las gradas y los pasillos que comunican con el exterior empezaron a llenarse poco a poco de gente que quería comprar el ticket de salida (5€), algún bonocopas (3×25€) o algo de comida (un perrito 4€). Lo malo de la zona de salida era que estaba en ese pasilo donde estaban los baños, barras y taquillas y llegó a haber algún momento de nerviosismo y aglomeración en las puertas, pero al final parece que la gente desde la tragedia del Madrid Arena está bastante concienciada y se lo tomó con calma.
Al siguiente artista que vimos en escena fue ya a Paul Kalkbrenner. Para nosotros fue la gran actuación de la noche. En otras ocasiones que hemos podido ver al berlinés no nos había dejado muy buen sabor de boca porque sus lives suelen ser muy contundentes pero muy lentos, pero pronto nos dimos cuenta de que su sesión no iba a ser así. Bpms bastante altos mezclados con sus golpes contundentes y melodías envolventes. Fue, sin duda, el que más y mejor rendimiento sacó al sonido de la sala. El broche a su sesión llegó con el cierre, cuando puso su remix de «La mezcla».
La actuación del alemán ya pudimos verla desde la pista, ya que el público se repartió más por todo el recinto y algunos también se tomaban un descanso sentándose en las gradas. Nos situamos al fondo de la pista y en ningún momento sentimos sensación de agobio o calor. Había el suficiente gente como para dar sensación de llenazo pero también tenías el suficiente espacio para pasar de un sitio a otro sin empujones ni pisotones.
Después del alemán Kalkbrenner llegó el turno de Robert Dietz, al cual estuvimos viendo apenas 20 minutos ya que nos aburría su sesión y decidimos ir a comer algo fuera del recinto. Muy monótona su sesión y con un tech house que para nada pegaba con la hora que era (las 02:00).
Al volver a entrar pudimos disfrutar de los sets de Loco Dice y Chris Liebing respectivamente. Más contundente y movido el del de Desolat que el Liebing. Ambos estilos parecidos pero mejor resolución la de Dice. Personalmente, nos hubiera gustado más que se hubieran cambiado las tornas para el cierre, que hubiese cerrado Loco Dice en vez de Chris Liebing porque el techno de éste último nos parece más plano que el del tunecino. Aún así, un buen broche final para un noche casi perfecta.
En resumen, para ser la primera edición del Madrid Winter Festival, nuestra valoración es bastante positiva. Nos parece que los organizadores han tenido que luchar solos contra todos para poder sacar el evento adelante y lo han conseguido con mucho esfuerzo y dedicación. Está claro que siempre existen contras, como por ejemplo el aspecto de los aledaños a la plaza de toros. Las calles totalmente llenas de bolsas, botellas, música en maleteros de coches hasta las 6 de la mañana, gente bebida en las aceras pasando al lado de familias con niños, vamos, que seguro que más de un vecino tendrá motivos suficientes para quejarse. Algunos medios (como la crónica publicada en ABC) es en lo único que se centran, nosotros tratamos de ver el lado positivo tanto como el negativo y pensamos que con un poco más de experiencia en años venideros (como ya prometen los organizadores), preparación por parte local y, por supuesto, civismo y educación de los asistentes se conseguirán reducir (no eliminar) todos estos inconvenientes.
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